martes, 5 de mayo de 2009

LIBERTAD DE PALABRA II


SEÑORES, ES HORA DE HACER ALGO
* Accidentes de tránsito no tienen cuándo acabar.

Ocurren en cualquier momento y lugar. Mientras usted lee esto, ya ocurrieron muchos. Los accidentes de tránsito se han convertido en noticia cotidiana y, lo más grave, es que nos estamos acostumbrando a ello.

No tienen cuándo acabar. A usted le habrá sucedido alguna vez o tiene algún conocido al que le haya pasado. Choques, atropellos, volcaduras, despistes, etc.

Los choques entre buses interprovinciales, esos que acaparan titulares en la prensa, son sólo una parte pequeña de las estadísticas; pues son los accidentes urbanos, aquellos que suceden en nuestras ciudades, los que representan la mayor parte. Y de esos, nadie comenta.


Las cifras continúan en aumento y espantan a más de uno. En nuestra ciudad, los accidentes de tránsito mantienen una cifra negra, están llenando de dolor a cientos de familias y convirtiendo a nuestras pistas en un verdadero peligro.

Si usted, amigo lector, da una rápida visita a los servicios de emergencia de los centros de salud de la ciudad, se encontrará con varios pacientes víctimas de un accidente. Y esos serán sólo los que presentan lesiones considerables, porque existen muchos que sólo son atendidos por emergencia y dados de alta minutos después.

Si a esos pacientes, le agregáramos aquellos que no acuden a un centro de salud, por no haber sufrido lesiones graves o porque prefieren atenderse de manera particular, las estadísticas serían alarmantes.

Alternativas para solucionar este problema, existen. Parte de la responsabilidad, la tienen nuestras autoridades, pero también nosotros somos responsables de lo que ocurre en nuestra ciudad, pues es finalmente la sociedad civil organizada quien debe encargarse del gobierno de su comunidad. ¿Estamos organizados? No. ¿Hay un plan para reducir el número de accidentes? No.

La solución debe nacer de nosotros mismos. Podemos y debemos hacerlo de la manera más práctica posible. Existen reglas de tránsito básicas que hay que respetar y consejos que deben darse.
Cruzar en las esquinas usando los cruzeros peatonales, respetar las luces del semáforo, mirar a ambos lados antes de cruzar una calle, son reglas sencillas para cumplir.
No conducir, ni permitir que alguien conduzca un vehículo si ha bebido alcohol, si está muy casando o si su capacidad de alerta está disminuída; darle mantenimiento frecuente a un vehículo, abrocharse el cinturón de seguridad, no conducir o permitir que alguien conduzca a excesiva velocidad; son algunos consejos que debemos seguir y dar.

Está en nosotros, señores. Si empezamos a actuar de manera prudente, los accidentes disminuirán y dejaremos de ser el país número 1 en cantidad de accidentes de tránsito en Latinoamérica.

Lo podemos hacer todos juntos. Unámonos en alguna campaña, conversemos con nuestros familiares y amigos, acatemos las reglas, dejemos a un lado la viveza criolla y aprendamos a actuar de manera responsable, cuidemos nuestras vidas y la de la gente que nos rodea. No será fácil, pero está en nosotros empezar el cambio.

Ya basta. Desde este blog lanzamos un grito de alarma e iniciamos una campaña para una cultura de prevención, a través de consejos en nuestros temas. De algo servirá.

¡¡Hagamos de cada día, un día sin accidentes de tránsito!!